Los efectos de una comunicación abierta
en las organizaciones
“Toda
comunicación tiene un aspecto
de
contenido y un aspecto relacional,
tales
que el segundo clasifica al primero
y
es por ende una meta comunicación”.
Uno de los grandes desafíos
que tienenlas organizaciones es desarrollar una fluida comunicación entre sus
miembros. De poco sirve focalizarse exclusivamente en el rendimiento
productivo, si no se logra transmitir y generar una adhesión participativa del
camino a seguir.
La importancia de la comunicación
se refiere no sólo a la capacidad del líder para señalar a su equipo los
objetivos de un proyecto, sino también a la aptitudparagestar un círculo
virtuoso de confianza creativa, quepermitaproducir una sinergia hacia el logro
de mejores resultados.
Muchos proyectos y equipos corren
el riesgo de fracasar justamente por la incapacidad de sus líderes para generar
este círculo positivo de comunicación entre sus miembros, quedando aprisionados
en determinados estilos y conceptos rígidos, que impiden el flujo libre y
participativo de la comunicación.
Debemos tomar consciencia -como
sostiene Fernando Flores- que“las
organizaciones son sistemas conversacionales, son redes dinámicas de conversaciones.”[2]Estas
conversaciones tienen sus propias características y nos revelan la cultura de
la organización, lo que está habilitado a hablarse y lo que está vedado, aunque
muchas veces de forma no explicitada. Es por ello que “los límites de una organización son las conversaciones.”[3]El
“… éxito o el fracaso de nuestra gestión
depende de las competencias conversacionales que tenemos, porque las
conversaciones abren o cierran posibilidades.”[4]
El 1º de febrero de 2003 el transbordador “Columbia”
explotó cuando intentaba regresar de su misión, al entrar a la atmósfera de la
tierra. Los siete astronautas murieron instantáneamente. La NASA inició una
investigación sobre las causas del accidente, las que se clarificaron
rápidamente. Pero la investigación también concluyó que se podría haber
prevenido la catástrofe, si algunas personas técnicas se hubieran animado a expresar
su opinión en su debido tiempo, como el ingenieroRodney Rocha, que había
descubierto que en el despegue se había desprendido un pedazo de espuma que se
utilizaba para aislar uno de los tanques del transbordador. Cuando tuvo lugar
la reunión de evaluación, Rocha no expresósu opinión sobre el tema. Pero
posteriormente los investigadores le preguntaron por qué no se había expresado
en aquella ocasión, y confesó que sintió que no pudo hacerlo, porque él estaba muy
abajo en la estructura de la organización y la jefa de la misión, Linda Ham,
muy arriba. Rocha no supo decir ni sí ni no. No dijo nada.
Siguiendo la nota que encabeza este artículo(P.
Watzlawick, J. BeavinBavelas y D.D. Jackson[5]), podemos concluir
cómo la fuerte cultura vertical de la NASA(lo relacional) lo llevó al ingeniero Rocha a auto inhibirse y no
expresar su opinión técnica (el contenido)
de lo ocurrido. Esta cultura inhibitoria de la NASA para expresar ciertos
mensajes, significó una metacomunicación,
es decir un claro mensaje dedesvalorización para compartir el contenido del mensaje de quienes
ocupaban puestos de inferior jerarquía en la NASA, sin considerar lo acertado o
erróneo que pudiera ser el contenido
de ese mensaje, reprimiendo implícitamente la posibilidad de llevar adelante
ciertas conversaciones entre los distintos niveles jerárquicos de sus miembros.
Por ello, Rodney Rocha sintió y entendió que él no
estaba habilitadoa entablar una conversación con sus superiores, en la que
pudiera dar a conocer abiertamente su punto de vista técnico sobre lo ocurrido
con el transbordador.Es decir que,la
restricción implícita existente de las posibles conversaciones que podían
desarrollarse entre los distintos niveles jerárquicos de la NASA, llevó a que
se produjera un bloqueo del contenido
que el ingeniero Rocha tenía para transmitir, con consecuencias nefastas para
la misión espacial.
Los mandos jerárquicos de la
NASA no se ocuparon en detectar si existían inhibiciones de distintas personas
para transmitir sus conocimientos a otras, porque partían de una concepción de
la organización y de la comunicación, que no habilitaba ciertas conversaciones.
Esa metacomunicación, expresada a
través de una desvalorización del mensaje que portan personas jerárquicamente
inferiores (y que por lo tanto no vale la pena escuchar para que cuestionen los
pensamientos y creencias de los superiores), impidió el desarrollo de una
comunidad de trabajo abierta y participativa.
Parafraseando a Enrique Shawpodemos
sostener que el modelo implícito de organización de la NASA en ese entonces,tendía
“… a considerar al trabajador como un
mero engranaje, sin darle la oportunidad de conocer, de comprender, de percibir
él mismo el pulso de la empresa en la cual está comprometido ... Careciendo de
toda posibilidad de “participación”, nada tiene de sorprendente que no aporte a
la empresa su inteligencia y corazón.”[6]
Cuántas veces se levantan en
las organizaciones muros infranqueables entre distintos sectores y personas,
por la incapacidad de convivir enla discrepancia distintos contenidos conceptuales.
Las diferencias en loscontenidos
contaminan de tal manera los aspectosrelacionales,que
dificultan una mirada positiva del otro, generando juicios críticos y distancia
relacional. Con mucha facilidad nos olvidamos que “… no hallaremos a nadie que no tenga un núcleo bueno, en quien no haya
una serie de perlas que debemos descubrir”, más allá desu pensamiento. [7]
Resulta motivador analizar el
modelo de organización que nos plantea José Kentenich,centrada en un contacto
vincular y vital.
Nos dice que este modelo “…
consiste en mantener un contactovivo. Un contacto vital … la vida que poseo y
que brota de mí quiere ser traspasada al otro.
Pero no sólo yo salgo al encuentro de la
persona que tengo ante mí, sino que ella también sale a mi encuentro. Yo
despierto vida, vida que es original, y yo asumo esa vida en mi propia persona.
Por lo tanto, no sólo soy yo quien
engendro. El que está ante mí también realiza un acto creador … el que está
ante mí también ejerce la acción de engendrar vida respecto a mi persona, tal
como yo frente a él, e incluso tal vez en forma mucho más vigorosa que yo.
Si no asumo la corriente de vida que brota
del otro, si no la incorporo en mi corriente de vida, no se logra generar una
fuerza creadora, no se produce la acción de engendrar. La persona que está ante
mí es un ser espiritual vivo, y éste no sólo se deja formar por otro: a su vez
también quiere actuar creadoramente … no consiste únicamente en actuar
engendrando sino también en ser formado uno mismo por esa acción de engendrar …
Este proceso llega a establecer una profunda y real comunidad de vida.”[8]
Kentenich parte de
considerar que todas las personas tienen algo valioso y creativo para
transmitir y que el camino es generar un ambiente que permita dicho desarrollo
e intercambio,para asígestar una comunidad de vida, privilegiando el aspecto relacional,haciendo posible que las
diferencias de contenido sean un
desafío a superary no un muro que genere una distancia infranqueable.
Esta mirada requiereque en
la comunicación organizacional seamos capaces de despojarnos de nuestroego,
alimentado por las posiciones y roles de mando, aceptandocon humildad que quienes
están en lugares inferiores, tienen miradas y corrientes de vida para aportar,
tan valiosas como las que estánen laconducción.
Si en el caso de la NASA se
hubiera buscado gestar un ambiente de intercambio comunicacional abierto sin
inhibiciones y prejuicios, en el que las partes involucradas se sintieran
habilitadas a compartir sus puntos de vista, el resultado hubiera sido muy
distinto.
En la Argentinapadecemosmarcadamente
divisiones relacionales por
diferencias en las ideas políticas, a tal punto que en muchos casos parecen irreconciliables.
Por ello, el gran desafío es habilitar conversaciones que prioricen el aspecto relacional, a pesar de las discrepancias
conceptuales. Esta metacomunicación posibilitará que las
partes apuesten auna apertura y confianza mutuay no se sientan amenazadas por
las diferencias, sino que, por el contrario, participen creadoramente.
Sólo así seremos capaces de construir una nueva cultura organizacional y comunicacional, bajo la
cual podremos asumir las corrientes de vida que brotan de los demás,
incorporándolas a las nuestras yconstruir una fuerza creadora capaz de
engendrar vida.
Carlos E. Barrio y
Lipperheide
23de diciembre de 2019
[1] P.
Watzlawick, J. BeavinBavelas y D.D. Jackson. “Teoría de la Comunicación Humana”.
Editorial Herder (1997), pág. 56.
[5]
P. Watzlawick, J. BeavinBavelas y D.D. Jackson. “Teoría de la Comunicación Humana”.
Editorial Herder (1997), pág. 56.
[6]Enrique
Shaw. “Y dominad la tierra”. Editorial ACDE (2010), pág. 83.Enrique Shaw fue un
empresario argentino (nacido en París, 26
de febrero de 1921 – fallecido en Buenos Aires el 27
de agosto de 1962), que por su vida ejemplar, la
Iglesia ha abierto su proceso de canonización.
[7]José
Kentenich. “El mundo de los vínculos
personales” (Ed. Nueva Patris-Herbert King. 2015), pág. 65.
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