DOÑA CIRILA
DE LA PUNA Y SU ACTITUD DE VIVIR AGRADECIDA FRENTE AL COVID-19
Días pasados, estuve
conversando en un programa de Radio María,
conducido por Juanjo Santander, con relación a la difícil situación que todos
estamos viviendo por el COVID-19. Esta emisora de la ciudad de Córdoba, llega a
todo el país y tiene una significativa audiencia. Mientras estaba al aire
llegaban mensajes de todas partes de Argentina. Recuerdo una docente de Santa
Fe, un policía de Santo Tomé, un enfermero de un servicio sanitario en una
cárcel, otra persona que trabajaba en un hospital pediátrico en Mendoza. Radio
María une de una manera maravillosa a los argentinos.
En dicho programa radial
ofrecí mis servicios de coach en forma gratuita, para todas aquellas personas
que tuvieran necesidad de conversar y ser escuchadas. Y para facilitar el
contacto les informé mi teléfono celular.
A pocos minutos de
haber terminado mi participación en el programa, me escribió por Whatsapp, una
señora, la que -adjuntando una foto en la que se veían unos barbijos y una
máquina de coser, me dijo:
-
“ … Buenas tardes señor oyente de radio María … desde
San a de los cobres Salta en la puna
quiero decirle que estoy muy
segura que esto pasará pero bueno el
momento que empezó la cuarentena cerré
mi comedor y me dediqué hacer barvijo que aquí en el pueblo no había y
exijían a todos los que estábamos en
contacto con la gente más alcohol en gel
guantes fue muy triste para nosotros al
cual ya estamos en cuarentena y me
dedique hacer los barvijos encerrada con
dos adolescentes que vienen a un colegio desde muy lejos de medio los cerros y
aquí estamos 😥”[1]
Además de los 1600
kilómetros de distancia que separan Buenos Aires de San Antonio de los Cobres, existe
una diferencia de altitud de 3.775 metros. Son dos mundos muy lejanos y
distintos, que una audición de radio unió en un instante, por obra de la fe y
la tecnología.
A renglón seguido,
me envió una segunda foto de panes caseros que acababa de cocinar, y el diálogo
continuó así:
-
“Haciendo lo que se puede😥😥🙏🙏”
Mi nombre es cirila simona taritolay
ayacucho 2 S.A.C”
-
“Hola Cirila, muchas gracias por tu testimonio. Te
felicito por todo lo que estás haciendo. Contá conmigo para lo que necesites”
-
“Gracias don Carlos Dios lo bendiga”.
Con qué sencillez
y entrega pudo pasar de cerrar su comedor, que era su empresa en dónde le daba
de comer a turistas, a dedicarse inmediatamente a coser barbijos. ¡Qué
capacidad para descubrir lo que debía hacer en estos momentos y tomar una
decisión de cambio en medio de las dificultades!
Su actitud me
recordó a Enrique Shaw[2],
cuando siendo marino, se embarcó en 1945 con su esposa hacia Estados Unidos
para hacer un curso de meteorología y al finalizar la travesía de 31 un días y conversar
en el barco con dos religiosos, decidió en Nueva York, renunciar a la marina,
para luego de hablar con un sacerdote en Chicago, dirigir su vida hacia la actividad
empresaria.
Tanto en Cirila
como en Enrique Shaw vislumbro una profunda capacidad para decidirse por sí
mismos desde su interior, a partir de una atenta escucha de las voces del
tiempo.
Descubrí que Cirila
en su Whatsapp tenía su foto, vestida con un poncho, sosteniendo una caja, y en
el cuero de este instrumento de percusión, se leía una frase, que decía:
“Si la Reina es de la puna
no te vayas a
dormir
Hay que amanecer
cantando
y cantando hay que morir”
Me llenó su
mensaje de esperanza y alegría. ¡Cuánta riqueza interior y capacidad para
contactarse con la belleza y expresarla!
Los versos de la
copla “… Hay que amanecer cantando y
cantando hay que morir”, me hicieron pensar que para Cirila esta copla es
una plegaria de alabanza, en la que expresa su agradecimiento a través de la
belleza de su arte. Muy cerca me sentí de Kentenich, cuando nos dice que “… alegría es siempre el estar en todo
momento cobijado en Dios. El Padre me quiere.”[3]
Sólo podemos cantar desde el amanecer hasta la muerte, si nos sentimos arropados
y amados por Dios.
Intuyo que el
corazón de Cirila está lleno de cobijamiento y alegría en Dios, en medio de una
realidad silenciosa, desértica y monocorde de la puna, que esconde una riqueza
muy honda, velada para mis ojos ciudadanos, acostumbrados a muchos estímulos, impresiones
fuertes, comodidades y necesidades superfluas.
La conversación
siguió de la siguiente forma. Le dije:
-
“Me
encanta tu foto con el bombo y lo que está escrito !!”
-
“Si me gusta componer música y cantar 🙏😥😥”
-
“Te felicito”
-
“Si don Carlos Dios
no nos abandonará”
-
“Estoy seguro. Él es bueno”
-
“Si mientras cocinaba se me terminó el elástico para
poner a los barvijos innove poniendo hilo elástico estos👍👍”.
Junto a su última
respuesta me envió una foto con los nuevos elásticos que había improvisado para
los barbijos.
En estos momentos
tan difíciles que estamos viviendo por la pandemia del COVID-19, en que nos
invade la angustia y preocupación por los infectados y muertos, en un mundo
fragmentado y aislado, que nos impide tener un contacto personal con los demás,
me alegra saber que el Dios de Cirila (que es el mío),”… no nos abandonará”.
¡Cirila me lleva y
me levanta con su fe y me señala el camino de la confianza en Dios!
¡Me quedé también muy impactado con su expresión “innové”!
Su inventiva para reemplazar la falta de elásticos en los barbijos,
utilizando otros elásticos, mostró su capacidad creativa para resolver
situaciones adversas en situaciones críticas, al igual que Enrique Shaw, cuando en plena crisis de la
empresa Rigolleau, descubría nuevos caminos para no dejar desocupados a los
trabajadores. Cuenta Máximo
Bunge en el libro “Viviendo con Alegría”[4],
que ”Enrique hizo muchas cosas para
evitar despidos. Por ejemplo, había en Rigolleau una sección de carpintería.
Ellos se dedicaban a hacer cajones para las botellas y pallets. Eran de la
planta permanente de la empresa. Él llegó a determinar que era antieconómico
tenerla en la estructura propia y que había que hacer algo para que fuera un
costo menor. Entonces ¿qué hizo? Arregló con ellos su desvinculación pero con
un contrato de los mismos productos a costo y responsabilidad de ellos por 5
años. Los ayudaron a comprar un terrenito enfrente para que los carpinteros
pusieran la fábrica. A ambas partes le fue bien.”[5]
Sin duda, como
decía Ramón y Cajal, “no hay cuestiones agotadas, sino hombres
agotados en las cuestiones”, y tanto Cirila como Enrique, encontraron
nuevos caminos para no quedarse agotados en las cuestiones que tuvieron que
enfrentar.
Cirila me hizo
pensar también que sentirnos cobijados es lo que necesitamos para caminar hacia
una transformación interior. Sin un sentido de la vida, que nos llene de
plenitud, nuestra vida carecería de rumbo. Nos decía Enrique Shaw que “… en el
trabajo se debe poder desarrollar la personalidad. La empresa, consciente o
inconscientemente, es un molde.”[6]
Vivimos en un
mundo sin cobijo, masificado, y sólo estando vinculados, superaremos el
aislamiento y seremos capaces de transformar la realidad. En definitiva se
trata de recuperar el hogar interior, que no es otra cosa que “… estar afectivamente uno en el otro”[7].
Buscando saciar mi
curiosidad por la copla que estaba en su caja de percusión, le dije:
-
“Me preguntaba quién le dijo esa linda copla. Me podrá
decir y también ¿por qué la escribió?”
Cirila no me
respondió enseguida. Recién a los diez minutos me dijo:
-
“Ha me fui un rato a tomar unos mates al comedor no
suelo llevar el celular porque agradezco a Dios por tener para comer y ago
oraciones por los que no tienen 🙏🙏😭😭”
¡Cuánta sabiduría
para detenerse un rato a tomar mate y no llevar el celular consigo a todas
partes y poder vivir desintoxicada de nuestras dependencias de las redes
sociales!
¡Cuánta capacidad
para agradecer y ver la riqueza que tiene en medio de la austeridad! ¡Cuánto
para aprender! ¡Cuánta libertad! ¿Cómo hacer para vivir así de agradecidos en
medio de la nada y rezar a Dios por los que no tienen?
Y me dijo:
“Yo las
ago estas coplas
Ahora le envió una
“Si en mi pueblo
hubiera.
Libros como los que estoy.
Mirando .me pasaria con ustedes día y noche cantando.
................
De Buenos Aires
Me vengo.con la palabra de Dios
A internarme en estas montañas
Brindarles mi
corazón 🎤🎤🎼🎼⛪⛪🙏🙏”
Ella había
compuesto estas coplas, al ver la foto de mi Whatsapp, en la que estoy sentado
y con la biblioteca de libros por detrás. Me dijo:
-
“… Vi en su perfil muchos libros por eso se lo
canta a esos libros 👏👏🎼🎤”
Se había acercado
a mi mundo para interpretarlo, y desde su propia cosmovisión me compuso esas
coplas.
Le pregunté:
-
“… Y dígame, ¿quién es la Reina de la que habla en la
copla de la caja?”
-
“La reina es la puna por sus paisajes su
naturaleza, sus minerales por eso se lo canta y se lo be como una reina que
tiene de todo en medio de la nada 👍👍🙏⛪”
Nuevamente Cirila
me había acercado a Kentenich, quién
refiriéndose al arte de escuchar, nos dice que debe despertar nuestro propio
interés y liberarnos de aquello que nos aprisiona, para mirar el lado bueno que
todos tenemos.[8]
¡Cuánta sabiduría!,
me dije; poder valorar y apreciar como una “reina” a la puna “en medio de la nada”. ¡Qué capacidad para vivir agradecida en un
lugar tan inhóspito, a 3.775 metros de altura, en el que, la gran mayoría de
nosotros, nos sentiríamos abandonados de la mano de Dios! Ella ha hecho de esa
“nada”, su hogar, su lugar en el mundo, el lugar donde Dios la ha bendecido y
regalado el sentido de su vida.
Seamos nuevas
“Cirilas”, solidarios y creativos, en medio de la pandemia de indiferencia y
frialdad que nos aqueja, para sentirnos cobijados en Dios, transformados y
enviados con profunda alegría a “…
convertir en algo bueno todo lo que nos sucede, incluso lo malo”[9],
como nos pide el Papa Francisco.
Carlos E. Barrio y
Lipperheide
30
de marzo de 2020.-
[1] Los pequeños errores
ortográficos y de puntuación que tienen los mensajes recibido, los he mantenido,
para darle un carácter más realista a los mismos.
[2] Enrique
Shaw, nació en París el 26 de febrero de 1921
y muere en Buenos Aires el 27 de agosto de 1962,
fue un laico, marino y empresario argentino,
quien contrajo matrimonio con Cecilia Bunge, con quien tuvieron 9 hijos. Por su
vida ejemplar, la Iglesia aceptó que se inicie su proceso de canonización y
desde 2001 es considerado Siervo de
Dios. Promovió e impulsó el crecimiento humano de sus trabajadores
inspirándose en la Doctrina Social de la Iglesia, fundó la Asociación
Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE), entidad que
forma parte de la Unión Internacional de
Empresarios (UNIAPAC), y escribió numerosos libros, folletos y
conferencias.
[3] José Kentenich. Retiro
Espiritual para sacerdotes del 7 al 13 de octubre de 1934. Quinta Plática.
Conf. José Kentenich. “Las Fuentes de la Alegría”. Ed. Patris (2006), pág. 165.
[7] José Kentenich. Jornada
Pedagógica del 2 al 5 de octubre de 1951. Décimo Primera Plática. Conf. José
Kentenich. “Que surja el hombre nuevo”. Ed. Schoenstatt (1971), pág. 173.
[8] José Kentenich. “Ethos e ideal
en la educación” (1931), 288-300, 302-303. Conf. José Kentenich. “Textos
Pedagógicos. Ed. Nueva Patris (2008), pág. 225 y ss.
[9] Homilía del Papa en el momento de oración por el fin
de la pandemia (27/3/2020).
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