martes, 28 de abril de 2020
EL LIDERAZGO KENTENIJIANO
COMO RESPUESTA AL CAMBIO TECNOLÓGICO EN LAS EMPRESAS
Vivimos en una era
de permanentes cambios. El avance de la tecnología está generando la necesidad que
nos adaptemos continuamente a nuevos escenarios humanos y laborales, lo que
hace que el futuro resulte difícil de prever. En este sentido comenta Andrés
Oppenheimer que la “Universidad de Oxford
pronosticó que el 47% de los empleos corren el riesgo de ser reemplazados por
robots y computadoras con inteligencia artificial en Estados Unidos durante los
próximos 15 o 20 años”.[1]
Si bien Argentina y
los demás países en vías de desarrollo no son Estados Unidos de América, los
cambios tecnológicos tienden a expandirse por el mundo a una gran velocidad.
Esta tendencia
hacia un mundo tecnológico que jaquea el trabajo y la forma de producir, es
confirmada por la llamada Ley de Moore, que sostiene que la potencia de los microchips
se duplica cada 2 años, lo cual nos coloca frente a la necesidad de modificar en
forma casi permanente los procesos productivos y de servicios que ofrecemos.
Thomas L. Friedman dice que si tomamos por ejemplo “… un microchip Intel de primera generación de 1971, el 4004, y el
último que ha lanzado al mercado, el procesador Intel Core de sexta generación,
verás que el último chip ofrece 3.500 veces más rendimiento, es 90.000 veces
más eficiente en lo energético y su coste es 60.000 veces menor”. [2]
Estos avances nos
confrontan con la necesidad de adaptarnos a nuevos escenarios cambiantes en el
mundo laboral y empresario. La adaptabilidad está resultando un factor clave a
tener en cuenta en quienes trabajan, para no quedar al margen.
Los líderes se
enfrentan a nuevos desafíos en los que las llamadas “competencias blandas” (en
oposición a las “duras”) ganan cada vez más terreno en importancia, por la
importancia que tiene la adaptación del ser humano a estos nuevos escenarios.
Dice John C.
Maxwell que “La educadora y autora Bruna
Martinuzzi cita un estudio realizado por una organización denominada
EconomistIntelligenceUnit [Unidad de Inteligencia Economista]. Allí se
identificaron las tres cualidades de liderazgo que serán importantes en los
años venideros: «la capacidad de motivar al personal (35 %), la capacidad de
trabajar bien de modo transcultural (34 %), y la capacidad de facilitar cambios
(32 %)». Estas tres cualidades precisan de la adaptabilidad.
Un estudio más reciente desarrollado por Right
Management [Gestión correcta] y publicado en The Flux Report [El reporte del
cambio] deja en claro que la adaptabilidad es una necesidad que solo va en
aumento. El mismo afirma que el 91 % de las contrataciones futuras del mercado
laboral se basarán en la capacidad que tengan los individuos de tratar con el
cambio y la incertidumbre. Los buenos líderes se adaptan. Cambian. No
permanecen estáticos porque saben que el mundo que los rodea no permanece
estático. Esto siempre ha sido así, pero nunca ha resultado más evidente que
hoy, ni la capacidad de cambiar rápidamente ha sido más importante que en la
actualidad.”[3]
El efecto que se está
produciendo en los líderes frente a esta necesidad de adaptabilidad,es el de un
cierto estado de incertidumbre e inseguridad, por no tener muy en claro cuál es
el rumbo a seguir y no alcanzar la debida adecuación a estos cambios. El
desafío esdesarrollar la capacidad de adaptarse sin perder el enfoquehacia
dónde ir.El cambio tecnológico nos obliga a cambiar nuestra forma de pensar,
liderar y actuar en el trabajo,perosin perder el rumbo. ¡Ese es el desafío del
liderazgo actual!
Encuentro en José Kentenichuna sabia respuesta al
dilema planteado, al proponernos un liderazgo novedoso, basado en desarrollar“vínculos jurídicos sólo los necesarios,
libertad cuanta sea posible, y cultivo del espíritu en todos los aspectos y de
manera plena y asegurada”[4]
Kentenich nos
propone “una fuerte limitación o
reducción adecuada del poder en lo organizativo-jurídico, unida a una plenitud
de poder extraordinariamente rica en lo vital.”[5]
La fórmula de
Kentenich es la adecuada respuesta para el liderazgo contemporáneo, en la que
se requiere una gran flexibilidad y adaptabilidad, sin perder el enfoque del
rumbo.
La tendencia a
fortalecer los vínculos jurídicosy/u organizativos en la empresa, que en el
pasado la llevaron al éxito, es la tentación de muchas empresas y líderes, que
buscan “asegurar” los logros obtenidos,creyendo que el éxito del pasado se
repetirá sin solución de continuidad, si se refuerza la fórmula empleada. Hay
muchos ejemplos que nos muestran este fracaso, como Kodak, Blockbuster o
Blackberry, por citar algunos.
Muchas veces las empresas se orientan por una
determinada -y rígida- concepción de sí mismas, que termina encorsetándolas en
una forma fija de producir, gerenciar, relacionarse con los empleados y el
medio social, corriendo el riesgo de producir un vacío del espíritu y pérdida
de contacto con lo profundo y auténtico del trabajo y la persona. Y por el otro
lado -a partir de esta mirada- tienden a reforzar las estructuras organizativas
para asegurar esta concepción de sí misma.
Tenemos que ser conscientes de la vigencia del
viejo axioma citado por Kentenich, que sostiene que “el espíritu se crea una forma; la forma protege el espíritu, pero
conlleva el peligro, con el paso del tiempo, de devorarlo.”[6]
Es la primacía del cultivo del
espíritu en el líder kentenijiano, lo que le permitirá dar respuesta a las
nuevas cualidades requeridas en el mundo laboral, como plantea Bruna
Martinuzzi. Sólo un hombre lleno de espíritu será capaz de motivar a su equipo, comprender los cambios transculturales y facilitar
los cambios. Sólo quien desarrolle un espíritu libre y creativo tendrá el
oído atento a estas nuevas realidades y vivirá más desapegado de las rígidasestructuras
organizativasque pretendan limitarlo.
Este espíritu es
el que lo llevará a contactarse con los cambios verdaderamente profundos de
cada momento, que se van gestando detrás de los cambios tecnológicos. Sólo una
mirada atenta y descontaminada de lo inmediato y urgente, será capaz de ver la
luz en el camino.
Este liderazgo se
regirá entonces por el modelo del hombre
nuevo que nos propone Kentenich, como una “personalidad autorresponsable, interiormente libre e independiente,
animada por el espíritu, que tiene voluntad de decisión y alegría en ella y que
se mantiene alejada tanto de una esclavitud a la forma como de una arbitraria
carencia de vínculos”.[7]
Este líder tendrá
que estar abierto a detenerse para reflexionar las preguntas que nos haceJohn
C. Maxwell: “¿Qué tan dispuesto está usted
al cambio? ¿Está listo para empezar a hacer más preguntas en lugar de dar más
respuestas? ¿Está preparado para convertirse en un mejor oyente, en un mejor
observador?”[8]
El exceso de
tareas que nos plantea la aceleración tecnológica en la que nos movemos, nos
lleva a que se siga cumpliendo lo que Gary
Hamel y C. K. Prahalad señalaronhace ya más de 20 años atrás que “ … los directivos superiores dedican menos de un 3% de su energía a
generar una perspectiva colectiva del futuro”[9],
tornándose esta tendencia como un círculo vicioso en lugar de virtuoso.
Sin una pausa
reflexiva no podremos avanzar hacia el desarrollo de una visión enriquecida con
el aporte de todos.
Como nos dice
Enrique Shaw “sepamos escuchar con el
propósito de comprender”[10]Sólo
de esta manera podremos desarrollar el alma de la empresa, en la que vayamos descubriendo una visión
compartida que le dé sentido.
Sólo un hombre que
“… cultive el espíritu en todos los
aspectos y de manera plena y asegurada”[11]será
el que podrá guiar el rumbo y hacer de la empresa “ … una comunidad de vida … un hogar de relaciones humanas”[12]en
medio del permanente cambio tecnológico que debemos desentrañar y adecuarnos
todos los días.
Carlos E. Barrio y
Lipperheide
carlosebarrio@gmail.com
7 de mayo de 2019
[1]Oppenheimer, Andrés. ¡Sálvese quien pueda!: El futuro
del trabajo en la era de la automatización (SpanishEdition) (Posición en Kindle16-17).
PenguinRandomHouse Grupo Editorial México. Edición de Kindle.
[2]Thomas L. Friedman. “Gracias por
llegar tarde”. Editorial Paidós (2018), pág. 53.
[3]Maxwell, John C. Los cambios en liderazgo
(SpanishEdition) (p. 6). Grupo Nelson. Kindle Edition.
[4]José
Kentenich. “El mundo de los vínculos personales” (Editorial Nueva Patris
–Herbert King-, 2015), pág. 81
[5]Kentenich, José. El secreto de la vitalidad de Schoenstatt - Tomo 1
(SpanishEdition). Nueva Patris. Kindle Edition.
[6]José
Kentenich. “El mundo de los vínculos personales” (Editorial Nueva Patris
–Herbert King-, 2015), pág. 82.
[8]Maxwell, John C..Los cambios en liderazgo (SpanishEdition) (p. 9). Grupo
Nelson. Kindle Edition.
[9]JimKouzes.
Barry Posner. “El desafío del liderazgo”. EditorialGranica (1997), pág. 172.
[10] Enrique
Shaw. “Y dominad la tierra”. Editorial ACDE (2010), pág.43.
[11]José
Kentenich. “El mundo de los vínculos personales” (Editorial Nueva Patris –Herbert
King-, 2015), pág. 81
[12] Enrique
Shaw. “Notas y apuntes personales.”. Editorial Claretiana (2013), pág. 53.
LOS EMPRESARIOS, POETAS SOCIALES Y CREADORES DE
RIQUEZA EN MEDIO DEL COVID-19
El pasado 12 de abril, el Papa
Francisco dio a conocer una carta que
escribió a los movimientos y organizaciones sociales de Argentina, en la que
los felicita por el arduo trabajo que realizan. Les dice “Si la lucha contra el COVID es una guerra, ustedes son un
verdadero ejército invisible que pelea en las más peligrosas trincheras. Un
ejército sin más armas que la solidaridad, la esperanza y el sentido de la
comunidad que reverdece en estos días en los que nadie se salva solo. Ustedes
son para mí, como les dije en nuestros encuentros, verdaderos poetas sociales,
que desde las periferias olvidadas crean soluciones dignas para los problemas
más acuciantes de los excluidos.”
En otra parte de su carta les dice “Ustedes,
trabajadores informales, independientes o de la economía popular, no tienen un
salario estable para resistir este momento ... y las cuarentenas se les hacen
insoportables. Tal vez sea tiempo de pensar en un salario universal que
reconozca y dignifique las nobles e insustituibles tareas que realizan; capaz
de garantizar y hacer realidad esa consigna tan humana y tan cristiana: ningún
trabajador sin derechos”.
Me parece muy desafiante y loable el pedido del Papa
de retribuir con un salario a los trabajadores sociales. Pero no puedo dejar de
preguntarme, en un tiempo de una abrupta caída de la actividad económica y la
recaudación impositiva, ¿de dónde saldrían los recursos para solventar este
gasto? Creo que únicamente las empresas podrán crear la riqueza necesaria para solventar
estos salarios solidarios.
Me siento muy identificado con el Papa cuando nos dice que “nadie
se salva solo”. Su mirada es orgánica y no excluyente. Por eso pienso que podríamos
aplicar también a los hombres de empresas, la frase en la que el Papa dice, refiriéndose a quienes
trabajan en los movimientos sociales, que “… desde las periferias olvidadas
crean soluciones dignas para los problemas más acuciantes de los excluidos.”
Viene a mi mente el enorme
aporte que está haciendo Bill Gates para tratar de encontrar una vacuna al
Covid-19. Sin duda Gates no se olvida de las periferias y busca crear
soluciones dignas para los problemas más acuciantes de los excluidos.
Me atrevo a afirmar que sería un acto de justicia
llamar también a los empresarios como “poetas
sociales”. Lamentablemente muchos de ellos no gozan hoy de buena prensa,
pero sería injusto olvidarnos de todo lo que hacen y han hecho de manera
creativa, por el bienestar del hombre. ¡Cuántos sueños han sido posibles
gracias a las empresas! La lista sería interminable.
Viene a mi memoria la luz
que nos trae el empresario católico Enrique
Shaw[1], quien con su vida
y pensamiento nos dejó un camino para recorrer y unir a los poetas sociales, es decir a los
movimientos sociales con los empresarios. Nos decía que “Las riquezas no podrán ser suficientemente multiplicadas a menos que
los hombres nos pongamos de acuerdo y actuemos solidariamente.”[2]
Por lo tanto, la actuación solidaria de todos los hombres de buena voluntad,
incluyendo a empresarios y quienes trabajan en los movimientos sociales, será el
camino para salir de esta crisis.
Enrique Shaw revalorizó
el sentido que le damos a las riquezas, resignificándolas y sacándolas de una
cierta connotación negativa que tienen para muchas personas. Creo que
justamente las riquezas es el puente que permitirá sacar de la indigencia a los
postergados y permitirá que las empresas progresen. Generar honestamente
riquezas es un acto digno de admiración, que requiere como condición previa,
que nos unamos y trabajemos en equipo en pos de un logro. Ellas son el
resultado de una acción creativa llevada a cabo por un equipo coordinado, es
decir por una empresa. Las empresas nos
decía Shaw, “… deben crear riquezas ..acrecentar la vitalidad económica.”[3]. “Todo queremos conquistar,
todo queremos enriquecer, pero no para satisfacer ningún ansia de dominio sino
para tener más que ofrecer a Dios.”[4]
En esa misma línea, tenía una mirada sorprendente
sobre la materia, rescatándola de la connotación mezquina y egoísta en la que
ha sido colocada tantas veces, como si fuera algo inferior y humillante. Con
mucha habitualidad nos olvidamos que el hombre es espíritu y materia.
Shaw nos
ayuda a profundizar y redescubrir su valor, al decirnos que “… los bienes creados … tienen valor de
eternidad y más aún, la materia … será puesta algún día en un estado capaz de
dar expresión no sólo al espíritu humano sino también al espíritu divino,
siendo éste lo que le dará su máxima dignidad y belleza.”[5]
Esta materia, transformada por la gestión empresaria, es la que nos
permitirá generar bienes y servicios en favor de los hombres, produciendo
riquezas y atenuando el mal de la pobreza. Será sobre la materia donde el
trabajo realizará su tarea y permitirá al hombre -como nos decía José Kentenich- “… participar de corazón en la actividad creadora y en la voluntad de
donación de sí mismo propia de Dios”[6]
Tengamos presente que “… en el
trabajo subyace tanta felicidad y bienaventuranza, desconocidas para aquel que
lo considera sólo o mayormente como una mera ocasión de ganarse el pan. Cuánta
más oportunidad me brinde el trabajo de ocuparme creativa y generosamente,
tanto más felicidad me dará … Mantendrá la salud y lozanía de nuestro cuerpo y
alma … Desarrollará el núcleo de la personalidad, despertando y profundizando
una sana consciencia de sí mismo.”[7]
Está claro que la riqueza y la materia no tienen que
llevarnos a un egoísmo desmedido y a su acumulación, en perjuicio de los más
débiles. El Papa nos recuerda que no
debemos fomentar una cultura del descarte y la indiferencia, “… hoy tenemos que decir no a una economía
de la exclusión y la inequidad”.[8] Por eso el camino es unir
a todos los “poetas sociales” en pos
del bien común.
Los invito a que releamos en sintonía empresaria el pasaje
del Evangelio en el que Jesús interpela a sus discípulos antes de la multiplicación
de los panes y los peces, pidiéndoles “… denle
Ustedes de comer” (Lc, 9, 13). ¡Qué desafío empresario, dar de comer
partiendo de la escasez!
Hoy, por los efectos devastadores de la pandemia del
COVID-19, estamos en una situación análoga a los apóstoles, a quienes Jesús les
pidió alimentar 5.000 hombres con ¡5 panes y 2 peces!
Este pedido de Jesús me interpela a buscar nuevas
formas para dar de comer, no habiendo bienes para distribuir. Tenemos que
apelar a todo nuestro ingenio e inventiva para generar riquezas, en un contexto
de aislamiento social y pobreza, que cambia las reglas de la producción y nos
pide descubrir nuevos caminos para “producir” y dar de comer.
Un gran ejemplo en donde inspirarnos lo descubro en el
empresario y “poeta social”
paraguayo, Juan Ramírez, de Ciudad del Este, Paraguay.
Su “poesía social
empresaria” creativa me entusiasma, cuando nos dice que “ante la medida de aislamiento total en Paraguay
(prohibida la circulación de vehículos con algunas excepciones), han quedado
cesanteados muchos trabajadores. Sentíamos que debíamos reinventarnos. Hace 20
días iniciamos con mi hija, un nuevo proyecto, algo totalmente diferente a
nuestra línea habitual de trabajo (distribución de productos informáticos). Hemos
decidido iniciar la producción nacional, con materia prima local de tapabocas/barbijos
y delantales médicos, con protectores de cabeza y calzados para hospitales.
Así, hemos generado empleos para un centenar de costureros que se encontraban
ociosos y hemos reactivado dos fábricas de ropa para exportación (de terceros)
que se encontraban paradas por estas medidas de aislamiento en Paraguay …”[9]
Pero detrás de su poesía
empresaria surge en perfecta unión y sintonía su “poesía social”. Nos explica que “…hemos realizado una gran campaña solidaria de ayuda a sectores
vulnerables de la ciudad. Felizmente, los asociados de nuestra Cámara de
Comercio y Servicios, sin vacilar un minuto, se han puesto “las pilas”, y en
total estamos distribuyendo más de 10 mil cestas de alimentos no perecibles
para familias carentes. También estamos activando al Paraná Country Club, desde
donde vamos a donar inicialmente 1000 kits de alimentos a familias vulnerables
de nuestra zona. La meta es juntar 5000 cestas. … En total, hemos logrado reunir ya 15.000 kits de alimentos en la Cámara
de Comercio. Hoy vamos a donar 1000 packs de leche y 3.000 kilos de granos de
soja para producir leche de soja al intendente de Ciudad del Este.”[10]
Luego de leer esta noticia en www.schoenstatt.org, me
comuniqué directamente con Juan y me contó más facetas de su “poesía social”: “Ofrecemos un producto nacional de primera calidad a un
precio justo y sin especulación de mercado, no como muchos avivados que están
sacando ventajas de la situación y escasez de productos. Sentimos que estamos
contribuyendo con el país. Y todo esto saliendo del corazón y con buenas
intenciones. Lo hacemos en nombre de Dios ya que sentimos que fuimos iluminados
por Él en esta labor.”
¡Qué poeta social!,
en una mano reinventándose como empresa en situaciones de crisis, generando
trabajo a través de una nueva actividad comercial, y en la otra, llevando a
cabo una acción solidaria bien concreta, para dar de comer en la necesidad
urgente e impostergable, a tantas familias carenciadas por el COVID-19.
Seamos “poetas
sociales”, siguiendo el ejemplo de Juan Ramírez, sabiendo que el Papa nos incluye y alienta en su citada
carta, considerándonos también “… constructores indispensables de ese cambio
impostergable; es más, ustedes poseen una voz autorizada para testimoniar que
esto es posible.”[11]
Carlos e. Barrio y
Lipperheide
17 de abril de 2020.
[1] Enrique Shaw, nació en París el 26 de febrero de 1921
y muere en Buenos Aires el 27 de agosto de 1962.
Fue un laico, marino y empresario argentino,
quien, por su vida ejemplar, la Iglesia aceptó que se inicie su proceso de canonización y
desde 2001 es considerado Siervo de
Dios. Promovió e impulsó el crecimiento humano de sus
trabajadores inspirándose en la Doctrina Social de la Iglesia, fundó la Asociación
Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE), entidad que
forma parte de la Unión Internacional de
Empresarios (UNIAPAC), y escribió numerosos libros, folletos y
conferencias.
[2] Enrique Shaw. “… Y dominad la
tierra”. Editorial ACDE (2010), pág. 142. Conferencia pronunciada por Enrique
Shaw en la Reunión Nacional de Dirigentes Hombres de Acción Católica (Buenos
Aires, 4 de marzo de 1962).
[3]
Enrique Shaw. “… Y dominad la tierra”. Editorial ACDE (2010), pág. 73.
Conferencia “Eucaristía y vida empresaria”, pronunciada por Enrique Shaw en el
VI Congreso Eucarístico Nacional (Córdoba, 9 de octubre der 1959).
[4]
Enrique Shaw. “… Y dominad la tierra”. Editorial ACDE (2010), pág. 134.
Conferencia pronunciada por Enrique Shaw en la Reunión Nacional de Dirigentes
Hombres de Acción Católica (Buenos Aires, 4 de marzo de 1962).
[5] Enrique Shaw. “… Y dominad la
tierra”. Editorial ACDE (2010), pág. 139. Conferencia pronunciada por Enrique
Shaw en la Reunión Nacional de Dirigentes Hombres de Acción Católica (Buenos
Aires, 4 de marzo de 1962).
[6] José
Kentenich. Carta de Octubre, 1948. Conf. “El pensamiento social del P. José
Kentenich”. Ed. Nueva Patris (octubre 2010), pág. 103.
[7]
José Kentenich. “Epístola Perlonga, 1949”. Conf. “El pensamiento social del P.
José Kentenich.” Ed. Nueva Patris (2010), pág. 146.
[8] Papa
Francisco. “Evangelii Gaudium”, nro. 53.
[10] https://www.schoenstatt.org/es/en-salida/alianza-solidaria/as-coronavirus/2020/04/hay-familias-que-dependen-de-sus-ingresos-diarios-y-que-hoy-estan-impedidas-de-trabajar/
[11] Papa
Francisco. Carta del 12 de abril de 2020 a los a los movimientos y
organizaciones sociales de Argentina.
DOÑA CIRILA
DE LA PUNA Y SU ACTITUD DE VIVIR AGRADECIDA FRENTE AL COVID-19
Días pasados, estuve
conversando en un programa de Radio María,
conducido por Juanjo Santander, con relación a la difícil situación que todos
estamos viviendo por el COVID-19. Esta emisora de la ciudad de Córdoba, llega a
todo el país y tiene una significativa audiencia. Mientras estaba al aire
llegaban mensajes de todas partes de Argentina. Recuerdo una docente de Santa
Fe, un policía de Santo Tomé, un enfermero de un servicio sanitario en una
cárcel, otra persona que trabajaba en un hospital pediátrico en Mendoza. Radio
María une de una manera maravillosa a los argentinos.
En dicho programa radial
ofrecí mis servicios de coach en forma gratuita, para todas aquellas personas
que tuvieran necesidad de conversar y ser escuchadas. Y para facilitar el
contacto les informé mi teléfono celular.
A pocos minutos de
haber terminado mi participación en el programa, me escribió por Whatsapp, una
señora, la que -adjuntando una foto en la que se veían unos barbijos y una
máquina de coser, me dijo:
-
“ … Buenas tardes señor oyente de radio María … desde
San a de los cobres Salta en la puna
quiero decirle que estoy muy
segura que esto pasará pero bueno el
momento que empezó la cuarentena cerré
mi comedor y me dediqué hacer barvijo que aquí en el pueblo no había y
exijían a todos los que estábamos en
contacto con la gente más alcohol en gel
guantes fue muy triste para nosotros al
cual ya estamos en cuarentena y me
dedique hacer los barvijos encerrada con
dos adolescentes que vienen a un colegio desde muy lejos de medio los cerros y
aquí estamos 😥”[1]
Además de los 1600
kilómetros de distancia que separan Buenos Aires de San Antonio de los Cobres, existe
una diferencia de altitud de 3.775 metros. Son dos mundos muy lejanos y
distintos, que una audición de radio unió en un instante, por obra de la fe y
la tecnología.
A renglón seguido,
me envió una segunda foto de panes caseros que acababa de cocinar, y el diálogo
continuó así:
-
“Haciendo lo que se puede😥😥🙏🙏”
Mi nombre es cirila simona taritolay
ayacucho 2 S.A.C”
-
“Hola Cirila, muchas gracias por tu testimonio. Te
felicito por todo lo que estás haciendo. Contá conmigo para lo que necesites”
-
“Gracias don Carlos Dios lo bendiga”.
Con qué sencillez
y entrega pudo pasar de cerrar su comedor, que era su empresa en dónde le daba
de comer a turistas, a dedicarse inmediatamente a coser barbijos. ¡Qué
capacidad para descubrir lo que debía hacer en estos momentos y tomar una
decisión de cambio en medio de las dificultades!
Su actitud me
recordó a Enrique Shaw[2],
cuando siendo marino, se embarcó en 1945 con su esposa hacia Estados Unidos
para hacer un curso de meteorología y al finalizar la travesía de 31 un días y conversar
en el barco con dos religiosos, decidió en Nueva York, renunciar a la marina,
para luego de hablar con un sacerdote en Chicago, dirigir su vida hacia la actividad
empresaria.
Tanto en Cirila
como en Enrique Shaw vislumbro una profunda capacidad para decidirse por sí
mismos desde su interior, a partir de una atenta escucha de las voces del
tiempo.
Descubrí que Cirila
en su Whatsapp tenía su foto, vestida con un poncho, sosteniendo una caja, y en
el cuero de este instrumento de percusión, se leía una frase, que decía:
“Si la Reina es de la puna
no te vayas a
dormir
Hay que amanecer
cantando
y cantando hay que morir”
Me llenó su
mensaje de esperanza y alegría. ¡Cuánta riqueza interior y capacidad para
contactarse con la belleza y expresarla!
Los versos de la
copla “… Hay que amanecer cantando y
cantando hay que morir”, me hicieron pensar que para Cirila esta copla es
una plegaria de alabanza, en la que expresa su agradecimiento a través de la
belleza de su arte. Muy cerca me sentí de Kentenich, cuando nos dice que “… alegría es siempre el estar en todo
momento cobijado en Dios. El Padre me quiere.”[3]
Sólo podemos cantar desde el amanecer hasta la muerte, si nos sentimos arropados
y amados por Dios.
Intuyo que el
corazón de Cirila está lleno de cobijamiento y alegría en Dios, en medio de una
realidad silenciosa, desértica y monocorde de la puna, que esconde una riqueza
muy honda, velada para mis ojos ciudadanos, acostumbrados a muchos estímulos, impresiones
fuertes, comodidades y necesidades superfluas.
La conversación
siguió de la siguiente forma. Le dije:
-
“Me
encanta tu foto con el bombo y lo que está escrito !!”
-
“Si me gusta componer música y cantar 🙏😥😥”
-
“Te felicito”
-
“Si don Carlos Dios
no nos abandonará”
-
“Estoy seguro. Él es bueno”
-
“Si mientras cocinaba se me terminó el elástico para
poner a los barvijos innove poniendo hilo elástico estos👍👍”.
Junto a su última
respuesta me envió una foto con los nuevos elásticos que había improvisado para
los barbijos.
En estos momentos
tan difíciles que estamos viviendo por la pandemia del COVID-19, en que nos
invade la angustia y preocupación por los infectados y muertos, en un mundo
fragmentado y aislado, que nos impide tener un contacto personal con los demás,
me alegra saber que el Dios de Cirila (que es el mío),”… no nos abandonará”.
¡Cirila me lleva y
me levanta con su fe y me señala el camino de la confianza en Dios!
¡Me quedé también muy impactado con su expresión “innové”!
Su inventiva para reemplazar la falta de elásticos en los barbijos,
utilizando otros elásticos, mostró su capacidad creativa para resolver
situaciones adversas en situaciones críticas, al igual que Enrique Shaw, cuando en plena crisis de la
empresa Rigolleau, descubría nuevos caminos para no dejar desocupados a los
trabajadores. Cuenta Máximo
Bunge en el libro “Viviendo con Alegría”[4],
que ”Enrique hizo muchas cosas para
evitar despidos. Por ejemplo, había en Rigolleau una sección de carpintería.
Ellos se dedicaban a hacer cajones para las botellas y pallets. Eran de la
planta permanente de la empresa. Él llegó a determinar que era antieconómico
tenerla en la estructura propia y que había que hacer algo para que fuera un
costo menor. Entonces ¿qué hizo? Arregló con ellos su desvinculación pero con
un contrato de los mismos productos a costo y responsabilidad de ellos por 5
años. Los ayudaron a comprar un terrenito enfrente para que los carpinteros
pusieran la fábrica. A ambas partes le fue bien.”[5]
Sin duda, como
decía Ramón y Cajal, “no hay cuestiones agotadas, sino hombres
agotados en las cuestiones”, y tanto Cirila como Enrique, encontraron
nuevos caminos para no quedarse agotados en las cuestiones que tuvieron que
enfrentar.
Cirila me hizo
pensar también que sentirnos cobijados es lo que necesitamos para caminar hacia
una transformación interior. Sin un sentido de la vida, que nos llene de
plenitud, nuestra vida carecería de rumbo. Nos decía Enrique Shaw que “… en el
trabajo se debe poder desarrollar la personalidad. La empresa, consciente o
inconscientemente, es un molde.”[6]
Vivimos en un
mundo sin cobijo, masificado, y sólo estando vinculados, superaremos el
aislamiento y seremos capaces de transformar la realidad. En definitiva se
trata de recuperar el hogar interior, que no es otra cosa que “… estar afectivamente uno en el otro”[7].
Buscando saciar mi
curiosidad por la copla que estaba en su caja de percusión, le dije:
-
“Me preguntaba quién le dijo esa linda copla. Me podrá
decir y también ¿por qué la escribió?”
Cirila no me
respondió enseguida. Recién a los diez minutos me dijo:
-
“Ha me fui un rato a tomar unos mates al comedor no
suelo llevar el celular porque agradezco a Dios por tener para comer y ago
oraciones por los que no tienen 🙏🙏😭😭”
¡Cuánta sabiduría
para detenerse un rato a tomar mate y no llevar el celular consigo a todas
partes y poder vivir desintoxicada de nuestras dependencias de las redes
sociales!
¡Cuánta capacidad
para agradecer y ver la riqueza que tiene en medio de la austeridad! ¡Cuánto
para aprender! ¡Cuánta libertad! ¿Cómo hacer para vivir así de agradecidos en
medio de la nada y rezar a Dios por los que no tienen?
Y me dijo:
“Yo las
ago estas coplas
Ahora le envió una
“Si en mi pueblo
hubiera.
Libros como los que estoy.
Mirando .me pasaria con ustedes día y noche cantando.
................
De Buenos Aires
Me vengo.con la palabra de Dios
A internarme en estas montañas
Brindarles mi
corazón 🎤🎤🎼🎼⛪⛪🙏🙏”
Ella había
compuesto estas coplas, al ver la foto de mi Whatsapp, en la que estoy sentado
y con la biblioteca de libros por detrás. Me dijo:
-
“… Vi en su perfil muchos libros por eso se lo
canta a esos libros 👏👏🎼🎤”
Se había acercado
a mi mundo para interpretarlo, y desde su propia cosmovisión me compuso esas
coplas.
Le pregunté:
-
“… Y dígame, ¿quién es la Reina de la que habla en la
copla de la caja?”
-
“La reina es la puna por sus paisajes su
naturaleza, sus minerales por eso se lo canta y se lo be como una reina que
tiene de todo en medio de la nada 👍👍🙏⛪”
Nuevamente Cirila
me había acercado a Kentenich, quién
refiriéndose al arte de escuchar, nos dice que debe despertar nuestro propio
interés y liberarnos de aquello que nos aprisiona, para mirar el lado bueno que
todos tenemos.[8]
¡Cuánta sabiduría!,
me dije; poder valorar y apreciar como una “reina” a la puna “en medio de la nada”. ¡Qué capacidad para vivir agradecida en un
lugar tan inhóspito, a 3.775 metros de altura, en el que, la gran mayoría de
nosotros, nos sentiríamos abandonados de la mano de Dios! Ella ha hecho de esa
“nada”, su hogar, su lugar en el mundo, el lugar donde Dios la ha bendecido y
regalado el sentido de su vida.
Seamos nuevas
“Cirilas”, solidarios y creativos, en medio de la pandemia de indiferencia y
frialdad que nos aqueja, para sentirnos cobijados en Dios, transformados y
enviados con profunda alegría a “…
convertir en algo bueno todo lo que nos sucede, incluso lo malo”[9],
como nos pide el Papa Francisco.
Carlos E. Barrio y
Lipperheide
30
de marzo de 2020.-
[1] Los pequeños errores
ortográficos y de puntuación que tienen los mensajes recibido, los he mantenido,
para darle un carácter más realista a los mismos.
[2] Enrique
Shaw, nació en París el 26 de febrero de 1921
y muere en Buenos Aires el 27 de agosto de 1962,
fue un laico, marino y empresario argentino,
quien contrajo matrimonio con Cecilia Bunge, con quien tuvieron 9 hijos. Por su
vida ejemplar, la Iglesia aceptó que se inicie su proceso de canonización y
desde 2001 es considerado Siervo de
Dios. Promovió e impulsó el crecimiento humano de sus trabajadores
inspirándose en la Doctrina Social de la Iglesia, fundó la Asociación
Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE), entidad que
forma parte de la Unión Internacional de
Empresarios (UNIAPAC), y escribió numerosos libros, folletos y
conferencias.
[3] José Kentenich. Retiro
Espiritual para sacerdotes del 7 al 13 de octubre de 1934. Quinta Plática.
Conf. José Kentenich. “Las Fuentes de la Alegría”. Ed. Patris (2006), pág. 165.
[7] José Kentenich. Jornada
Pedagógica del 2 al 5 de octubre de 1951. Décimo Primera Plática. Conf. José
Kentenich. “Que surja el hombre nuevo”. Ed. Schoenstatt (1971), pág. 173.
[8] José Kentenich. “Ethos e ideal
en la educación” (1931), 288-300, 302-303. Conf. José Kentenich. “Textos
Pedagógicos. Ed. Nueva Patris (2008), pág. 225 y ss.
[9] Homilía del Papa en el momento de oración por el fin
de la pandemia (27/3/2020).
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