Me siento cómodamente en un lugar tranquilo, apartado, en el que pueda estar solo conmigo mismo, sin interrupciones.
Voy aquietando lentamente mi respiración, sintiendo cómo entra y sale mi aliento de mis pulmones, imaginando que al inspirar, todo mi ser se llena de energía, nutrientes y paz; y que al expirar, me desprendo de mis temores, preocupaciones, angustias, tensiones, pensamientos tóxicos …
Dejo que mis pensamientos pasen, sin detenerme en ellos y regreso siempre a mi respiración, para volver a la calma interior.
Me dirijo ahora a lo más profundo, a ese lugar en el que habita mi ser. Allí me encuentro muy a gusto y en paz. Es un lugar cálido, en el que percibo una luz que nunca se apaga …
Contemplo esa luz y descubro que me revela que soy valioso, único e irrepetible. Voy recorriendo paso a paso, todos los aspectos valiosos que reconozco en mi persona … Doy gracias por los dones recibidos …
Recorro mi historia personal y voy visualizando todos aquellos momentos y situaciones de mi vida en los que me sentí apreciado, cuidado y amado, comenzando por los recuerdos de mi primera infancia …, pasando por mi niñez …, mi adolescencia …, mi juventud …, mi adultez …, mi presente …
Le doy gracias a todas las personas que de una manera u otra, me apreciaron, cuidaron y amaron y contribuyeron para que hoy sea la persona que soy …
Tomo conciencia de los aspectos valiosos que reconozco como más propios de mí y que me caracterizan y distinguen mi originalidad, y con los que me siento a gusto …
Me doy cuenta que cuando me conecto con mis aspectos valiosos y originales, me lleno de energía, alegría y motivación y encuentro sentido a mi vida.
Busco en mi interior, en mis afectos, sentimientos e intuiciones subconscientes e imperceptibles, una palabra, una frase, una imagen que me ayude a resumir y definir mi originalidad y que, cuando la invoque, me conecte con quien soy, con lo que reconozco como auténticamente propio y me caracteriza …
Me quedo en paz, al ritmo de mi respiración, contemplando esta imagen, palabra, o frase que descubrí y me lleva como un puente, hasta lo más auténtico de mi ser … Me siento pleno.
Me doy cuenta que esta palabra, frase o imagen, me conecta con un manantial de aguas cristalinas y profundas que nunca se agota y que, cada vez que llegue a él, encontraré nuevamente la fuente de energía, alegría y motivación que me lleve a centrarme y nutrirme de mi originalidad.
Doy gracias por este tesoro que encontré dentro mío y lo guardo en mi corazón, hasta que lo vuelva a necesitar.
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