sábado, 9 de mayo de 2009

EJERCICIO DE MEDITACIÓN SOBRE LA ORIGINALIDAD

Me siento cómodamente en un lugar tranquilo, apartado, en el que pueda estar solo conmigo mismo, sin interrupciones.

Voy aquietando lentamente mi respiración, sintiendo cómo entra y sale mi aliento de mis pulmones, imaginando que al inspirar, todo mi ser se llena de energía, nutrientes y paz; y que al expirar, me desprendo de mis temores, preocupaciones, angustias, tensiones, pensamientos tóxicos …

Dejo que mis pensamientos pasen, sin detenerme en ellos y regreso siempre a mi respiración, para volver a la calma interior.

Me dirijo ahora a lo más profundo, a ese lugar en el que habita mi ser. Allí me encuentro muy a gusto y en paz. Es un lugar cálido, en el que percibo una luz que nunca se apaga …

Contemplo esa luz y descubro que me revela que soy valioso, único e irrepetible. Voy recorriendo paso a paso, todos los aspectos valiosos que reconozco en mi persona … Doy gracias por los dones recibidos …
Recorro mi historia personal y voy visualizando todos aquellos momentos y situaciones de mi vida en los que me sentí apreciado, cuidado y amado, comenzando por los recuerdos de mi primera infancia …, pasando por mi niñez …, mi adolescencia …, mi juventud …, mi adultez …, mi presente …

Le doy gracias a todas las personas que de una manera u otra, me apreciaron, cuidaron y amaron y contribuyeron para que hoy sea la persona que soy …

Tomo conciencia de los aspectos valiosos que reconozco como más propios de mí y que me caracterizan y distinguen mi originalidad, y con los que me siento a gusto …

Me doy cuenta que cuando me conecto con mis aspectos valiosos y originales, me lleno de energía, alegría y motivación y encuentro sentido a mi vida.

Busco en mi interior, en mis afectos, sentimientos e intuiciones subconscientes e imperceptibles, una palabra, una frase, una imagen que me ayude a resumir y definir mi originalidad y que, cuando la invoque, me conecte con quien soy, con lo que reconozco como auténticamente propio y me caracteriza …

Me quedo en paz, al ritmo de mi respiración, contemplando esta imagen, palabra, o frase que descubrí y me lleva como un puente, hasta lo más auténtico de mi ser … Me siento pleno.

Me doy cuenta que esta palabra, frase o imagen, me conecta con un manantial de aguas cristalinas y profundas que nunca se agota y que, cada vez que llegue a él, encontraré nuevamente la fuente de energía, alegría y motivación que me lleve a centrarme y nutrirme de mi originalidad.

Doy gracias por este tesoro que encontré dentro mío y lo guardo en mi corazón, hasta que lo vuelva a necesitar.